miércoles, 17 de abril de 2013

El limosnero más rico de todos.

P. Modesto Lule msp








Cuentan que un día platicaban unos jóvenes en el parque lo acontecido en el pueblo: Ayer leímos que había muerto el mendigo con el que nos cruzábamos cada día en el templo... Lo terrible es que nunca se dio cuenta de que el recipiente con el que pedía limosna era de oro macizo... A él sólo le importaban las monedas...


Esto me recuerda a aquel niño que pedía monedas y rechazaba los billetes. Despreciamos lo que tenemos por no conocerlo y buscamos la limosna en otros lugares.  La ignorancia nos hace más pobres. Esto también se aplica en la fe.

Hasta la próxima.

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